martes, septiembre 26, 2006

La cura de la tartamudez estaría en el cerebro

23 de septiembre de 2006
Cura para la tartamudez estaría en el cerebro
Por Andrew Pollack

De niño, cuando padecía un serio caso de tartamudez, Gerald Maguire aprendió trucos para lidiar con ello. Cuando le hacían una pregunta en clase, en ocasiones respondía con la voz de los personajes de caricatura Elmer Gruñón o el Pato Donald, ya que no tartamudeaba cuando imitaba a alguien. Halló sinónimos más fáci­les de pronunciar para palabras que le resultaban complicadas. Y casi nun­ca hacía llamadas telefónicas porque tropezaba con una frase para la que no había sustituto: su propio nombre.
Ahora Maguire, psiquiatra en la Universidad de California, en lrvi­ne, quiere curar la enfermedad que lo aqueja a él y aproximadamente a
3 millones de estadounidenses. Está en busca de un medicamento para tratar la tartamudez, al organizar pruebas clínicas e incluso probar los tratamientos en él mismo.
Podría estar cerca de conseguirlo. En mayo, lndevus Pharmaceuticals anunció lo que llamó resultados alen­tadores de la prueba clínica más gran­ de que se ha hecho de un medicamento para no gaguear. Todavía se necesi­tan pruebas aún más grandes, lo que podría tardar dos o tres años. Pero si tienen éxito, el medicamento, pago­clone, podría convertirse en el primer tratamiento médico aprobado para el tartamudeo.

Eso es sólo parte de una transfor­mación del tartamudeo -en el pano­rama médico- de lo que alguna vez fue considerado por muchos como una condición nerviosa o emocional, a una neurológica que es genética al menos en parte. Al usar escáners cerebrales, estudios de ADN y otras técnicas modernas, los científicos ­ muchos de ellos tartamudos- dejan lentamente secretos al descubierto acerca de una condición que ha ofus­cado a víctimas que se remontan has­ta Moisés, quien algunos académicos creen que era gago debido a que le dijo a Dios que era "lento de habla y de una lengua lenta" y hacía que su hermano Aarón hablara por él.
Aún así, falta mucho por aprender sobre las causas del tartamudeo y cómo tratarlo. Se estima que aproxi­ madamente 1 % de la población en todo el mundo tartamudea, aunque esa cifra tal vez sea alta. El número de hombres que gaguean supera al de mujeres en una proporción de cuatro a uno, por razones desconocidas.
Quienes tienen esta dificultad di­cen que el padecimiento puede co­brar una terrible factura emocional. "Tartamudear es una de las últimas enfermedades de las que aún es per­mitido burlarse", manifestó Ernie Canadeo, ejecutivo de publicidad, de Oyster Bay, Nueva York, quien es tartamudo.
Sin embargo, crece el consenso de que esta es una condición neurológi­ca, aunque su naturaleza exacta no está clara.
Luc De Nil, presidente del depar­tamento de patología de habla y len­guaje, en la Universidad de Toronto, afirmó que en la gente que no tarta. mudea, el procesamiento del habla se maneja en gran parte en el hemis. ferio izquierdo del cerebro. Con los gagos, hay una cantidad inusitada­mente grande de actividad en el he­misferio derecho. Maguire dijo que los estudios realizados por él y otros también sugieren que hay un exceso del neurotransmisor dopamina en los cerebros de quienes tartamudean.
Gaguear también parece ser gené­tico, al menos en parte. Aproximada­mente la mitad de las personas que recibe tratamiento para el tartamu­deo tiene un miembro inmediato de la familia con el mismo padecimiento, dijo Dennis Drayna, genetista en el Instituto Nacional de Sordera y Otros Trastornos de Comunicación.
Los científicos creen que hay mu­chos genes que pueden contribuir a ello, cada uno quizá con un pequeño efecto. Eso ha dificultado encontrar los genes.
Sin embargo, Drayna y sus colegas recibieron una oportunidad cuando un hombre de Camerún escribió a un foro en Internet sobre el tartamudeo hace unos cuantos años. El hombre forma­ba parte de una familia prominente en la que 48 de 106 adultos gagueaban,lo que sugería que el gen responsable del tartamudeo de la familia era hereda­do por cambios en un gen.
Al estudiar el ADN de esa familia; Drayna y sus colegas han reducido la búsqueda a una extensión del Cro­mosoma 1 que contiene entre 50 y 60 genes. Otro estudio que usa familias de Pakistán con grandes cantidades de tartamudos encontró una región en el Cromosoma 12, y ese gen específico está próximo a ser identificado, dijo Drayna. Otros estudios han descu­bierto otras regiones cromosómicas.
Claire Byrne, de Fountain Valley, California, quien toma pagoc1one co­mo parte de una prueba clínica, dijo: "Definitivamente creo qúe me ayu­da". Otra mujer que lo toma admitió:
"Me ha dejado con la sensación de ser un poquito más libre y participé más en situaciones donde había que hablar".
Maguire se muestra más entusias­ta. En una conferencia telefónica pa­ra analistas de valores realizada por Indevus, dijo que algunos pacientes que tomaban el medicamento por fin habían obtenido empleos.que querían o pudieron abordar a otras personas y salir con alguien. "Es casi un des­pertar, gente que sale de sus capara­zones, por así decirlo", explicó.