Manifiesto Antifluidazo
Autor: Cristóbal Loriente Zamora
1-. Origen de la creación del concepto de fluidazo:
Las observaciones y reflexiones que sugirieron el concepto de fluidazo, que aquí desarrollamos, emanaron de las preguntas que realizábamos a los tartamudos que deseaban participar en el grupo de autoayuda que coordinábamos, hace ya algunos años. Respuestas que posteriormente analizábamos amistosamente, con tiempo y rigor.
Si preguntábamos al futuro participante de grupos: ¿Cuánto tartamudeas?, el tar-tamudo siempre o casi siempre respondía menos, incluso escandalosamente menos, de lo que a simple vista apreciábamos; y para ocultar esta evidencia, matizaba la respuesta de inmediato con argumentos propios de la comunidad fluida y tan falsos como ingenuos: “Tartamudeo cuando me pongo nervioso, Con monosílabos no se me nota, Tengo épocas, Ahora estoy en una época mala....” El sinsentido de estos argumentos y el énfasis que el tartamudo vertía en ellos, demostraba que estaba seriamente afectado de fluidazo. A veces, hemos escuchado bloqueos de envergadura para decir: SSSSSoy ttttttttartammmmudo leve.
El principal síntoma del tartamudo que padece fluidazo es el deseo que anida en su ser más íntimo y que rige afectos, pensamientos, voluntades y acciones, esto es, el deseo de ser fluido o en otras palabras: el deseo de ser lo que no se es: normal. Prácti-camente todos los tartamudos tenemos un fluidazo de cuidado.
2-. Definición de fluidazo:
El fluidazo caracteriza afectos, pensamientos, voluntades y acciones, que articulan la identidad personal del tartamudo y rigen su vida cotidiana. Padecer fluidazo significa tener como único objetivo vital la búsqueda de fluidez por cualquier medio y a cualquier precio, y habida cuenta de su imposibilidad, el fluidazo conduce a una vida oscura e in-auténtica: la que transcurre dentro del armario.
En suma, el fluidazo es un deseo desproporcionado e insensato de fluidez, que actúa como una brújula trucada, porque conduce a quien lo padece a la asfixia y a la oscuridad del armario; es una brújula engañosa porque la víctima está confiada en la aparición de algún tratamiento eficaz o pastilla todopoderosa, lo que nunca aparece. Los tartamudos sin fluidazo zozobran, qué duda cabe, pero disfrutan del banquete de la comunicación.
3-. Sintomatología del fluidazo:
El fluidazo es un trastorno vital que, al igual que las enfermedades mentales gra-ves como la psicosis o la histeria, permanece en estado latente durante toda la vida. La comunidad fluida en general y la práctica clínica en particular ha construido y propagado el síndrome del fluidazo, por lo que la mayoría de los tartamudos no sólo sufren las consecuencias de su tartamudez sino también las del fluidazo, que son de mayor envergadura, porque aniquilan la vida de por vida.
La inmunidad al fluidazo es un estado difícilmente alcanzable, y se adquiere par-cialmente en contextos no clínicos, como los foros virtuales y los grupos de autoayuda, después de mucho trabajo, entusiasmo y de cierta dosis de heroísmo. La inmunidad total es pura utopía.
El fluidazo pervierte las funciones cognitivas hasta el extremo de que el tartamudo seriamente afectado de fluidazo ignora que su vida transcurre en un oscuro armario, e interpreta su estancia como transitoria; un paréntesis vital que desaparecerá tan pronto como recupere su luz natural: la fluidez. Esta perversión eclipsa la contemplación ambigua, compleja y contradictoria de la realidad, propia de quienes navegan y zozobran en las vivas mareas de la tartamudez, esto es, de quienes tartamudean sin fluidazo.
El tartamudo sin fluidazo es una persona que tartamudea, simple y llanamente.
Sin embargo, el tartamudo con fluidazo espera el advenimiento de la salvación clínica, como si se tratara de la verdad última de la existencia. La esperanza ciega de salvación clínica transforma al tartamudo en tartamudazo. El tartamudo afectado de fluidazo es un tartamudazo.
Un tartamudazo que asume las oscuras verdades de la comunidad fluida y espe-cialmente, de la clínica de la comunidad fluida. Un tartamudazo que admite que su tarta-mudez es la consecuencia de deseos incestuosos mal resueltos y que acude al psicoanalista para resolverlos. Un tartamudazo que sopla velitas a distancia para ganar eficiencia respiratoria. Un tartamudazo que tartamudea intencionadamente con desco-nocidos para ganar en desensibilización. Un tartamudazo que lee todos los días en voz alta para ganar control propioceptivo. Un tartamudazo que permanece en silencio durante quince días. Un tartamudazo que ordena las ideas antes de hablar. Un tartamudazo que se escucha a sí mismo cuando habla. Un tartamudazo que habla como un robot. Un tartamudazo que respira antes de hablar.
El síndrome del fluidazo pervierte las funciones cognitivas y transforma al tarta-mudo en una persona débil, que obra con inseguridad, nerviosismo y timidez, carac-terísticas que han constituido el estereotipo de la comunidad tartamuda desde la noche de los tiempos, pero que de acuerdo con el concepto de fluidazo y tartamudazo, este estereotipo no designa a la comunidad tartamuda sino a la comunidad tartamudaza, compuesta de tartamudos con fluidazo o tartamudazos. Acatar ciegamente las prescrip-ciones clínicas y ejercitar la gimnasia logopédica al uso debilita lenta pero inexorable-mente al tartamudo –porque apenas produce resultados satisfactorios-, hasta el extremo de convertirse en un tartamudazo, débil e impotente.
El tartamudazo –esto es, el tartamudo afectado de fluidazo- se refugia en el arma-rio, en busca de reposo, protección, pastilla y tratamiento salvador, habida cuenta de la debilidad mental y vital que le oprime. Refugiarse en el armario constituye el síntoma más fiable de fluidazo, porque el armario obliga a una vida falsa, misteriosa, errática, silenciosa y clandestina, características que definen la vida e identidad del tartamudazo. En su refugio predilecto, el tartamudazo bebe de la esperanza que la clínica siempre administra, a cambio del obligado dispendio.
A continuación exponemos una lista de síntomas menores de fluidazo, que los tartamudazos padecen en mayor o menor medida. Los tartamudazos solicitan en un restaurante un plato no deseado para evitar la tartamudez, por ejemplo. Teclean clandestinamente en Google: Terapia de la tartamudez o, Tartamudez, trucos. Mueven el hilo del teléfono simulando problemas de conexión, para despistar al interlocutor y así, disfrazar la tartamudez. Cambian de nombre de los amigos e hijos por otros de más fácil pronunciación. No suben acompañados en el ascensor. Compran en grandes superficies. Sólo preguntan por la calle a los ancianos porque saben que escuchan con dificultad. Huelen flores de Bach en busca de fluidez. Simulan sordera en lugares públicos. Escriben correos electrónicos a quienes predican en los foros que han superado la tartamudez. No quieren tener hijos por miedo a que tartamudeen. Etcétera.
El fluidazo conduce a acciones difícilmente comprensibles, por insensatas y retorcidas, como no saborear un filete de vaca –hay quienes sostienen que la digestión de determinadas carnes ocasiona mayor número de disfluencias-.
4-. Etiología del fluidazo:
Tres pensamientos o creencias constituyen la etiología del síndrome del fluidazo:
1-. La creencia de que la fluidez es el estado natural del hombre.
2-. La creencia de que la clínica de la tartamudez conduce tarde o temprano a la fluidez.
3-. La creencia de que las ejecuciones fluidas del tartamudo -como por ejemplo, hablando a bebés o animales, en solitario, cantando, susurrando- revelan la identidad más profunda y real, que es la identidad fluida.
La clínica de la tartamudez en particular y la comunidad fluida en general han construido estas creencias desde tiempos inmemoriales. Los clínicos han creído de-mostrarlas científicamente en universidades, revistas de investigación y cómodos divanes de psicoanalistas; y los medios de comunicación las han publicitado en películas, series de televisión, concursos de gran audiencia y shows de dudoso gusto. El fluidazo es una construcción social.
4-. Grados y evolución del fluidazo:
A mayor arraigo de estas creencias en la estructura mental del tartamudazo, mayor fluidazo.
El tartamudo adolescente siempre es un tartamudazo porque padece un fluidazo de cuidado. Lo es porque sus padres acatan las tres creencias básicas de la etiología del fluidazo. A medida que los años pasan, y después de los estrepitosos fracasos de las terapias comerciales, la desconfianza y el miedo se apoderan del tartamudazo, es-pecialmente en la juventud. En esta época vital, el tartamudazo no solamente padece miedo a tartamudear sino también miedo a vivir. A consecuencia de este dolor existencial el tartamudazo de veinte o treinta años se refugia en el armario. A veces para siempre. Sólo abre la puerta para ir a consulta.
También hemos observado que algunos tartamudazos, a partir de los treinta años y como consecuencia de la participación en ambientes exentos de clínica, como foros virtuales y grupos de autoayuda, mitigan la intensidad de algunos síntomas del fluidazo, como los síntomas menores, y recuperan la dignidad del tartamudo.
Algunos, si los hubiere, combaten con cierto éxito los síntomas mayores del flui-dazo -porque salen del armario permanentemente. Salir del armario transforma al tartamudazo en tartamudo. Salir del armario dignifica el fluidazo y al tartamudazo.
5-. Tratamiento del fluidazo:
El tratamiento del fluidazo, como de la tartamudez, corren similar fortuna: no existe tratamiento eficaz para ninguno de los dos. Ambos permanecen latentes en el sujeto du-rante toda la vida. La diferencia entre ellos es que la tartamudez está reconocida como un desorden mental y el fluidazo, no. De lo que se derivan dos consecuencias clínicas:
1-. La tartamudez está estigmatizada –a causa de su medicalización- y el fluidazo, no. La identidad social del tartamudazo no está deteriorada, por lo que su dolor existencial es menor. El tratamiento del fluidazo deberá centrarse en la modificación de los aspectos más personales e íntimos del sujeto, como los afectos, pensamientos y acciones que le obligan a la confinación en el armario; igualmente el tratamiento incluye que el tartamudazo comprenda que la etiología del fluidazo es sencillamente falsa.
2-. Como hemos dicho, estas tres creencias constituyen la etiología del fluidazo. La erradicación total del fluidazo, y por tanto de la comunidad tartamudaza, exige la elimi-nación de las tres creencias, o en otras palabras, acabar definitivamente con la cruzada fluida. Con este fin, hemos construido el concepto de Transfluidez.
La tartamudez es algo tan inmodificable, natural y consustancial al sujeto como la fluidez; y sin embargo, el fluidazo es modificable, artificial y externo. La tartamudez es una manifestación de la diversidad humana y el fluidazo es una producción pseudo-científica que goza de gran reputación social.
Febrero de 2010.